Sigo trayendo las entradas de mi antiguo BLOG aquí actualizándolas y este sobre todo, ya que nos encanta ir al pueblo. Espero que os guste.
Tengo mi pueblo, el de mi niñez y del que estoy orgullosísima de ser y tengo el pueblo de vacaciones y el pueblo del que he escuchado miles de historias y al que pertenecía mi bisabuela, y resulta, que yo, que siempre había renegado del sur,o como suelo decir, de abajo a la izquierda, apareció en mi vida para demostrarme que la vida en los pueblos, no es cómo yo había creído.
Que Extremadura y sobre todo Cáceres, podía llegar a ser mágica, verde, olorosa,relajante pero con infinidad de cosas para hacer, descubrir, sentir y sobre todo, rebosante de agua, yo que pensaba que era seca y triste, resultaba que estaba llena de vida, que la Jara llena con su olor el campo, que mirar hacia el horizonte es ver una mezcla de verde, lila, amarillo, blanco.... que tenía hasta naranjas como la otra Valencia, la del Cid.
Valencia de Alcántara, está tan llena de historia, que
uno no sabe por donde empezar, por cada lado, hay una cosa diferente.
Es tan antigua cómo para tener en sus tierras dólmenes, esas inmensas estructuras que cuando nos ponemos delante, siempre acabamos preguntándonos ¿por qué? y ¿cómo?.aunque a mí, lo que sigue gustando y cada vez más, es su iglesia, cuando voy, no puedo dejar de observarla e imaginar .
Es tan antigua cómo para tener en sus tierras dólmenes, esas inmensas estructuras que cuando nos ponemos delante, siempre acabamos preguntándonos ¿por qué? y ¿cómo?.aunque a mí, lo que sigue gustando y cada vez más, es su iglesia, cuando voy, no puedo dejar de observarla e imaginar .
Y cuando entras, sabiendo que por ese pasillo avanzó la Reina Isabel para desposar a su hija con Manuel "el afortunado" rey de la vecina Portugal.
Y que desde hace unos años, ya que pueblos con menos historia hacen mercadillos medievales y que también con menos fama, enseguida festejan una boda regia, Valencia de Alcántara, puede decir bien alto que allí también hubo boda de tan alta alcurnia, como una de las hijas de los Reyes Católicos.
Y lo mejor de todo, es que el pueblo toma parte pero a la vez deja que participe todo el mundo, lo digo por experiencia, que formé parte del séquito real del Rey de Portugal
Y como ya os he dicho en otra ocasión, me entusiasman los castillos, y aquí, no podía faltar uno, y además, lo bueno del porteo, es que no te pierdes las vistas desde la torre. Por esas escaleras tan empinadas por las que bajo, ganas son de subir un carro.
Os dejo un enlace de turismo. Pinchad AQUÍ.
Y os paso un vídeo que hice yo para el anterior blog, que espero que os guste.
Hasta prontooo..
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